¿Cargas con un padecimiento?
La mayor parte de las enfermedades son originadas por las emociones, es un reflejo del cuerpo, avisando que algo dentro de nosotros no ha sido expresado o aceptado de manera consciente.
Todo aquello que nos conduce a tener una emoción desagradable como la pérdida, el dolor de una traición, el rencor, la humillación, la falta de perdón, la insatisfacción, todo eso que no somos capaces de expresar, porque preferimos reprimirlo, para no vernos mal o porque así fuimos educados, en algún momento de nuestras vidas se verá manifestado incluso en enfermedades crónicas.
Lo primero que buscamos es consultar con especialistas, hacemos una revisión general pero casi nunca investigamos dentro de nosotros eso que no hemos podido soltar y que nos hace responsables de adquirir cierto padecimiento.
Quien busca liberar su alma conoce y reconoce todo sentimiento que ha estado cargando por años, las personas que se despojan de todo pensamiento corrosivo logran salir adelante mucho más rápido.
Nuestro cuerpo es perfectamente sabio y nosotros queremos engañarlo, pero él en automático reconoce nuestros pensamientos y emociones y las ubica donde corresponde.
Aceptar de forma consciente que el sentimiento que tuvimos nos provocó la enfermedad y renunciar a ese sentimiento no será fácil, pero es un proceso que tendrá que trabajarse para restablecer la salud.
Y para eso es necesario recurrir a terapias, donde podamos externar abiertamente lo que nos ha afectado y arrastramos por años creyendo que ya lo habíamos superado.
Preocuparnos por nuestra salud mental es la base principal de tener una excelente salud física, en las psicoterapias nos confrontamos a nosotros mismos para desistir de la autodestrucción a la que nos hemos sometido inconscientemente.
En ellas se libera toda emoción y se habla a detalle de todo lo que nos pudo haber pesado por años, siendo guiados a trabajar desde el subconsciente, aceptando todo aquello que aún no hemos resuelto para poder empezar a sanar, la sanación no será inmediata, todo dependerá del compromiso que tengamos de llegar a la herida.