Nada aprisiona más que las etiquetas que han sido implantadas por otros.
Conforme pasan los años vamos adquiriendo más y más, el problema no está en prestar oído sino en creer que tienen razón y que esa etiqueta nos pertenece.
Hay distintivos que nos marcan para toda la vida y nos convertimos en esclavos de lo que una vez nos dijeron, una ofensa, una humillación.
Llegamos a pasar años trabajando en ser cada día mejores, para poder arrancarnos esas etiquetas que nos lastiman, sin embargo es casi imposible.
Porque la mayor parte del tiempo estamos luchando con algo que no somos, es difícil descubrirlo, pero el día que se logra, los grilletes caerán y observarás desde afuera que nunca fuiste tú.
Cuando decidas liberarte de los juicios que emiten de ti y creas más en lo que realmente eres, comprenderás que la opinión de los otros no es lo que te determina como persona si no la congruencia que existe entre lo que eres y lo que haces constantemente.
Deja de cargar con culpas y estigmas que pudieron ser impuestas por personas muy cercanas a ti y que tienen suma importancia en tu vida, aunque sea tu familia, eso no quiere decir que ellos tengan la razón absoluta, lo que ellos lleguen a decir de ti, no definirá lo que tú eres, es válido aceptar esas diferencias, pero es necesario empezar a evitar las etiquetas.
Ser libre es una decisión personal donde nada te detiene y todo te impulsa a seguir subiendo peldaños en la vida, cuando decidas ser libre y reconocer las virtudes que posees, podrás lograr lo que te propongas, porque no estarás cumpliendo los objetivos de otros si no los tuyos propios.
La VERDAD nos hará libres , hablar con la verdad, ser honestos y siempre asumir nuestros errores, nos dejara llevar la frente en alto, eso es conocer la libertad, no tener mascaras que se irán cayendo con el paso del tiempo, ser quien realmente somos con quien sea y en cualquier lugar, la percepción que otros tengan sobre nosotros habla mas de ellos que de nosotros.
¿Tú alguna vez te has sentido atado a las creencias de otros?.