En la escuela y en casa están más preocupados por enseñarles a los niños los conocimientos básicos y clásicos de toda la vida, dejando de lado la orientación hacia una cultura financiera sana.
A lo largo de los años me he dado cuenta de que los conocimientos que se adquieren en una escuela son esenciales para el desarrollo de habilidades y capacidades en el campo laboral, pero si poco tenemos conocimiento de cómo administrar nuestros recursos y de qué manera invertir eficazmente, ya que sin ello será más difícil que podamos llevar una vida holgada y tranquila en términos económicos.
Recuerdo que cuando era niña cada lunes en la escuela debíamos aportar 2000 pesos (equivalente hoy a 2 pesos ); cada semana se hacía lo mismo y al término del ciclo escolar nos entregaban nuestro ahorro, aunque nunca supe que paso con ese dinero, la idea era buena pero esos 2000 pesos ni siquiera los trabajábamos, nuestros padres se encargaban de dárnoslo y llevarlo al colegio, tampoco sé que pasaba después ni en que nos lo gastábamos, al menos en casa tampoco tuve una educación financiera correcta, mi mamá solo sabia ahorrar y mi papá lo gastaba, pero nunca supe lo que era invertir, eh ahí el secreto de todo.
Hoy en día tenemos acceso a muchísimas herramientas que nos pueden guiar para mejorar y enseñarle ahora a nuestros hijos la importancia de las inversiones, sea lo que sea que quieran emprender hay que apoyarlos y respaldarlos para que hagan el uso correcto de sus capacidades.
inculcando buenos hábitos financiero, y hacerles entender que la prosperidad financiera no es casualidad, sino que está basada en las decisiones correctas que se toman al invertir.
Todos deberíamos ser buenos comerciantes, aunque no nos gusten las ventas debemos comprender que todo se basa en ello, el que no sabe venderse muy difícilmente podrá abrirse puertas en cualquier lugar que se plante a solicitar un trabajo.
Es de suma importancia transmitirles confianza, seguridad y los conocimientos necesarios para que a lo largo de los años estos hábitos se hagan sólidos y así tengan la capacidad de asumir ciertos riesgos, como las deudas y la forma en la cual pueden liquidarlas, también aprender a ahorrar para los imprevistos que surgen, y con esto seguir obteniendo los beneficios del sistema financiero.