Creencias y creencias, tradiciones, costumbre o cultura, pero si te ven congregarte comenzarán a observar tu comportamiento como si todo se diera por arte de magia, y emitirán juicios de ti, porque tal vez tu comportamiento no sea el adecuado.
No son los santos los que buscan congregarse, si no los que más necesitan de la presencia de Dios en sus vidas.
Todos cometemos errores pero solo pocos dejamos el orgullo de lado, y buscamos continuamente la presencia del todo poderoso.
Dicen por ahí que la maldad qué hay en el mundo es porque a esas personas les falta Dios en su corazón, quien conoce de las escrituras, no me dejará mentir que siente una responsabilidad, por siempre hacer lo correcto, pero eso no nos librará de caer en cualquier momento.
La cercanía y relación que tengamos con Dios, es la que nos ayuda a enfrentar las dificultades de nuestros días.
El ser religioso o estar metido en la iglesia todos los días, no nos hace mejores que los demás, pero si nos muestra una mejor manera de vivir, nos guía hacia un camino más fácil, y nos llena de paz.
Cuando nos equivocamos, nos hace entender que somos seres imperfectos buscando congruencia constantemente entre lo que queremos y lo qué hacemos.
Si aun con toda la abundancia que posees, en salud, familia y trabajo te sientes vacío, es porque necesitas de Dios, el suplirá todas tus carencias (filipenses 4:19), tu relación con él no tiene que ser exhibida pero si debe ser trabajada cada día.
Entre más nos acerquemos a su presencia, más seremos tentados, pasaremos por pruebas grandes y difíciles, pero si nuestra relación con Dios es verdadera, saldremos más que vencedores.