¿Y tú eres tóxico o solo vives intoxicado?

En todas mis publicaciones anteriores he buscado mostrar el lado amable de las cosas cotidianas, pero es indiscutiblemente necesario hablar también de lo ácida que puede ser la vida.

Hoy el mundo está completamente dividido, parece que no existiera sincronía entre las personas, y mucho menos empatía.

Hay personas tóxicas que te ven emprender algo y en lugar de apoyar, se burlan y critican, como si lo único que funcionara o estuviera bien es lo que ellos hacen.

Nunca alguien más exitoso u ocupado que tú, gastará su energía en criticarte, esta tan ocupado, que no tiene tiempo de mirar lo que tú haces y por lo tanto no tiene el tiempo de darte una sugerencia u opinión que no solicitaste.

Las personas tóxicas buscaran siempre minimizarte en todo, porque es la única forma que tienen para destacar, en su inseguridad tratan de demostrar constantemente que son mejores que otros, logrando generar sentimientos de culpa en los demás.

Regularmente no valoran tu esfuerzo, ni tu tiempo, ni tus ideales, son personas que invaden tu espacio y se inmiscuyen poco a poco afectando tu entorno, siempre sienten tener la razón y te harán creer que todo el tiempo te equivocas.

Lo bueno es que se detectan fácilmente, si no te sientes a gusto con esa persona huye o podrías contaminarte y aprender a vivir intoxicado.

Si hubiera un material tóxico regado cerca de nuestro hogar, lo primero que haríamos seria retirarnos de la zona, antes de que nos cause un daño mayor.

¿Por qué razón no habríamos de aplicar lo mismo con las personas que nos dañan y perjudican con sus comentarios y actitudes que toman hacia nosotros?.

Rodearnos de personas que contaminan, solo hará que nuestro rendimiento baje, incluso nuestra energía se verá mermada, y comenzaremos a sentir un desanimo y apatía, a todo lo que constantemente realizamos, es por eso que al detectar cerca de nosotros a una persona tóxica, lo mejor será tomar cierta distancia, impidiendo así que ésta nos llegue a afectar de tal manera, que nos convirtamos en lo mismo que detestamos.